domingo, 12 de agosto de 2007

Más escritorio

Cuando llega un tiempo más sereno
esperamos con jolgorio
después de tanto terreno
algo más de escritorio.
M. Barrera

Las deslocalizaciones: el nuevo fantasma que recorre Europa

Es ya un lugar común decir que la globalización es un fenómeno que trae consigo oportunidades y riesgos. Las deslocalizaciones son justamente un aspecto del reordenamiento de la economía mundial provocado por la constitución del mercado global que reúne en sí esas dos situaciones. Acarrea oportunidades para unos -países y sectores sociales- y riesgos para otros. Es así como el traslado de actividades económicas y de empleos de unos países a otros tiene para la Europa más industrializada las características de una verdadera amenaza no sólo al empleo sino también al modelo social construido a lo largo de varias décadas. Es lo que pretende ilustrar este artículo con los casos de España, Francia y Alemania. Sin embargo, los países del centro y este europeo y algunos asiáticos se ven beneficiados. ¿Qué se entiende por deslocalización? En un sentido estricto el organismo ministerial francés para los cambios económicos (MIME) entiende por tal término el desplazamiento hacia el exterior de una actividad económica existente en Francia, cuya producción es a continuación importada a Francia. Es un fenómeno que no ha llegado a Chile, pero algunos lo asimilan al concepto de subcontratación, conocido nuestro. Artículo publicado en Revista DIPLOMACIA: Santiago: Academia Diplomática de Chile Andrés Bello; julio-septiembre 2004, No. 99; pp. 5-26.

En el camino hacia una nueva época: la noción de globalización

Este artículo se refiere al proceso de globalización, actualmente en desarrollo. Procura dar una definición del mismo, a fin de diferenciarlo de la ampliación del mundo conocido y de los mercados ocurrida en otras épocas. Para ello describe brevemente algunos de los cambios fundamentales que se dieron en el último cuarto del siglo veinte, tanto en el terreno de la tecnología, como de la política internacional, la cultura y la fuerza de trabajo. Estos procesos, que acompañan a la globalización y que son difíciles de distinguir de ella, han sido de tal magnitud que en su conjunto constituyen un verdadero cambio de época. La sociedad industrial está dando paso a una nueva economía y a una nueva sociedad, que tienen otro sentido, otros valores y nuevas modalidades de producción. Es la llamada sociedad del conocimiento o del saber. La globalización es, a la vez, un resultado de esos cambios y una adelantada de la nueva sociedad que trae consigo posibilidades tan auspiciosas como riesgosas para países como el nuestro. Un nuevo proyecto de país debiera contemplar tanto los beneficios como las dificultades que este proceso acarrea a los países de desarrollo medio como el nuestro. Artículo publicado en la Revista DIPLOMACIA; Santiago: Academia Diplomática de Chile Andrés Bello; octubre-diciembre de 2003, No. 96; pp. 16-37.