viernes, 28 de marzo de 2008

Sobre ricos y pobres...

El autor Jeremy Seabrook en " The Race for Richess:the Human Costs of Wealth", Basingstoke, Marshall Pickering, 1988, pp. 168-169 dice:

"Los pobres no viven en una cultura diferente de la de los ricos. Deben vivir en el mismo mundo creado para beneficio de los que tienen dinero. Y su pobreza es agravada tanto por el crecimiento económico como por la recesión y la falta de crecimiento."

Zygmunt Bauman en su interesante obra "La modernidad líquida", Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica de Argentina S.A.; 2002; p. 95 comenta sobre este texto que:

"En una sociedad sinóptica de adictos compradores/espectadores, los pobres no pueden desviar los ojos: no tienen hacia donde desviarlos. Cuanto mayor es la libertad de la pantalla y más seductora es la tentación que provocan las vidrieras, tanto más profunda se vuelve la sensación de empobrecimiento de la realidad, tanto más sobrecogedor se vuelve el deseo de saborear, aunque sea por un momento, el éxtasis de elegir. Cuanto más numerosas parecen ser las opciones de los ricos, tanto menos soportable resulta para todos una vida sin capacidad de elegir."

¿Podría alguien negar que el incremento de las desigualdades es una de las causas del aumento de la delincuencia?




jueves, 27 de marzo de 2008

Sobre genética: la obligación de saber

Tomado de Salvador E. Luria; " La vida, experimento inacabado"; Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1975, pp. 33-34.

"En menos de setenta años, los genetistas han creado una ciencia de la herencia biológica que es uno de los acervos de conocimiento más sólidos, unitarios y coherentes que nos brinda la ciencia...

Esta empresa no fue tarea despreciable. En casi ningún ámbito de la naturaleza existe una variedad tan pasmosa como en la diversidad de artificios reproductivos de que hacen alarde los organismos vivientes. Superficialmente, nada puede haber que aparente diferir más de lo que difieren los mecanismos reproductivos de tantos organismos tan disímiles. Los mohos corrientes pueden desarrollarse y reproducirse indefinidamente de un modo asexual y experimentar la fusión sexual sólo cuando por azar se encuentran dos tipos sexualmente apropiados. La mayor parte de las plantas fanerógamas dependen del viento o de los insectos que transportan el polen y ponen así en contacto las células masculinas con las femeninas. En peces como la trucha y anfibios como la rana, los machos fecundan los óvulos fuera del cuerpo de la hembra. Aves y mamíferos llevan a cabo la fecundación mediante cópula sexual. Incluso dentro de un grupo de organismos, la gama de mecanismos reproductivos diferentes puede ser sorprendentemente amplia, como si en este ámbito la selección natural hubiese ejercitado una imaginación casi depravada. Sin embargo, bajo la pasmosa variedad de artificios reproductivos, la genética ha revelado las regularidades esenciales unificantes que acontecen en todos los organismos dotados de la facultad de reproducirse sexualmente. Al hacerlo así, la genética ha atomizado la herencia hasta llegar a sus componentes combinatorios elementales, los genes, y se ha encontrado con que los genes de todos los organismos están compuestos de una sustancia común, de la que realmente está hecha la materia básica de la vida. El intrincado nombre químico de esta sustancia, ácido desoxirribonucleico, abreviado en el símbolo ADN, ha pasado a ser el trigrama casi místico que simboliza la vida."