El domingo 19 de noviembre se realizó la primera vuelta de la elección presidencial y de parlamentarios más consejeros regionales. Nos interesa ahora referirnos a la del Presidente de la República. Postulaban ocho candidatos. Dado que ninguno obtuvo la mayoría exigida por la ley de 50% más uno de los sufragios la elección debe repetirse entre las dos primeras mayorías. Es el "ballottage", que se realizará el domingo 17 de diciembre de 2017, entre Sebastián Piñera y Alejandro Guillier, primera y segunda mayorías respectivamente. El padrón electoral nos indica que existían habilitados para votar 14.308.151 electores, de los cuales votaron 6.669.085 el 19 de noviembre. Dejaron de votar 6.904.058 electores, es decir, la abstención superó a los que sí lo hicieron. Las preferencias de los electores expresadas en las urnas más la abstención ha sumido a la política chilena en una gran incertidumbre. Y no sólo a la política. De hecho al día siguiente, el lunes 20 de noviembre, la bolsa de comercio tuvo una caída espectacular de 5,86%, la mayor baja desde el 8 de agosto de 2011, destruyendo más de US15 mil millones de capitalización bursátil. Esta situación de desconcierto político y bursátil se debe en gran parte a que las encuestas durante todo el período pre electoral daban, una ventaja considerable al candidato Sebastián Piñera, preferido por el empresariado y los inversionistas. El resultado, sin embargo, no confirmó las cifras de las encuestas y, por el contrario, las perspectivas de las tendencias de centro y de izquierda reunidas, y de derecha son relativamente similares a la luz de los resultados definitivos. Las encuestas fallaron otra vez. Sobre estimaron la votación de los candidatos Piñera en un alto porcentaje y Guillier, en un porcentaje menor y subestimaron la votación de Beatriz Sánchez, de una coalición a la izquierda de la centro izquierda. Ella con una votación del 20% quedó muy cerca del segundo lugar y de pasar, por tanto, al ballottage.
Los que votaron ya expresaron su preferencia, ella es conocida. Lo que no es conocido es lo que piensan aquéllos que no votaron, que superan en número a los que sí lo hicieron. Todos los análisis de políticos y de analistas giran alrededor de la expresión de los primeros. Sin embargo, es muy importante reflexionar acerca de los que no ejercieron su derecho ciudadano. Quizás miles de ellos, o millones, decidan ejercer su derecho ciudadano en la elección del 17 de diciembre. ¿Quiénes son? ¿Qué piensan políticamente? ¿Cuáles son los motivos por los cuales no fueron a sufragar? ¿Cuántos de ellos se propone hacerlo el 17 de diciembre, cuando los candidatos son sólo dos? ¿Qué los motivaría a ir a las urnas? Y en definitiva ¿cuántos de ellos lo harán? Este panorama dificulta prever el resultado final con alguna certeza basándose sólo en los acuerdos políticos que en la primera semana después de la votación están gestándose.